Nombre común: canario
Nombre científico: Serinus canaria
Longevidad: 12-18 años
El canario es una pequeña ave conocida por todo el mundo, popular por su agradable canto y su colorido plumaje.
Pertenece al grupo de las aves paseriformes y sus ancestros proceden de los archipiélagos de Canarias, Azores y Madeira.
Los canarios machos tienen un repertorio de canto mucho más amplio que las hembras, mezclando gorjeos con preciosos trinos.
Originalmente eran solo de coloración verdosa amarillenta, pero hoy en día y tras su selección en cautividad se han conseguido gran número de coloraciones y diferentes plumajes.
A pesar de llevar mucho tiempo entre nosotros todavía hay muchos aspectos sobre sus necesidades que se desconocen y descuidan. En este artículo profundizaremos en las particularidades de esta especie y en cómo podemos cuidarlo para que nuestro canario esté en las mejores condiciones.
Tradicionalmente y hasta el día de hoy a los canarios se les ha ofrecido una dieta únicamente basada en alpiste, el cuál procede de un solo tipo de cereal. Esto lo convierte en una alimentación muy pobre incapaz de cubrir sus necesidades nutricionales.
La dieta debe ser lo más variada posible, ya que en la naturaleza se alimentan de distintas especies vegetales y granos y cada uno aporta diferentes nutrientes.
Mediante una combinación de mixtura de semillas, pienso de alta calidad y alimentos frescos (como frutas y verduras) conseguiremos que nuestro canario tenga una vida más saludable y larga.
Gelber Kanarienvogel (Serinus canaria domestica)
Desgraciadamente estamos acostumbrados a observar a canarios aislados mantenidos en jaulas de dimensiones diminutas con apenas uno o dos posaderos, en las cuales apenas tienen espacio para moverse, realizar sus comportamientos naturales ni mucho menos volar.
Teniendo en cuenta que son animales muy activos y que en su medio salvaje pasarían gran parte de su día desplazándose por un amplio territorio, una pequeña jaula es un ambiente absolutamente contrario a sus necesidades tanto físicas como mentales.
Lo ideal sería disponer de una voladera o jaula muy amplia, con posaderos naturales a diferentes alturas (ramas de diferentes grosores y texturas) en las cuales conviva con otros miembros de su especie.
Es igual de importante la ubicación de la misma: alejada de ruidos fuertes, excesivo movimiento, en una posición elevada y evitando colocarlos en el centro de la estancia, para que se sientan más seguros.
Necesitan exposición a luz natural, regulando sus ciclos de día y noche.
Por el otro lado debemos ofrecerles exposición directa a la luz solar, con periodos de tiempo sin cristales de por medio que impidan el paso de radiación ultravioleta (necesaria para el correcto funcionamiento de su organismo),
Otro punto igual de importante es la higiene regular tanto de los alimentos y el agua como la limpieza y desinfección de la jaula y sus componentes (comederos, barrotes, posaderos…).
Debemos cambiar el agua para que esté limpia y fresca en todo momento, retirando la comida sobrante y reponiendo con nueva de manera diaria. De este modo evitaremos acumular restos de heces y alimentos podridos que pueden propiciar infecciones bacterianas y enfermedades en nuestro canario.
Recomendamos también períodos de libertad en estancias vigiladas, para que puedan ejercitarse y mejorar su bienestar. Esta actividad debe realizarse siempre con mucha paciencia y propiciando que salgan y entren de la jaula de manera voluntaria mediante refuerzo positivo (por ejemplo, su comida favorita) y ofreciéndoles un ambiente libre de peligros o agentes estresores.
Debido a que en la naturaleza los canarios son presa de otros animales, tienen un carácter tímido y evitan mostrar síntomas cuando están enfermos para evitar ser un blanco fácil de sus depredadores.
Esto se traduce en que es muy difícil darnos cuenta de si nuestro canario está enfermo y en que cuándo empiece a mostrar signos de enfermedad seguramente ya sea algo muy grave.
Por lo tanto y a pesar de que no requieran vacunaciones o desparasitaciones rutinarias es imprescindible realizar revisiones periódicas en el veterinario de exóticos cada 6 meses, para revisar que su estado de salud sea el óptimo y por supuesto llevarlo con urgencia ante cualquier signo de enfermedad o comportamiento anómalo.
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